miércoles, 16 de diciembre de 2015

Fever Pitch (Fiebre en las gradas). Nick Hornby



       Así, con dos cojones, lo pongo en inglés. Y es que me lo he leído enterito en el idioma de Benny Hill y me he enterado de to. No es la primera vez que leo un libro en inglés pero este es uno de los que mejor he entendido. Chúpate esa, profesora Elvira del colegio, que siempre me suspendías el inglés.



     Quizás el libro que más me ha gustado de Nick Hornby de los que he leído, unos cuantos ya, alguno incluida su reseña en este blog. Y eso que todavía no he leído, si he visto la película, de quizá su novela más famosa: Alta fidelidad.



       En Fever pitch el autor nos relata sus acuerdos futboleros como seguidor, casi un hooligan, del Arsenal, uno de los muchos equipos londinenses que hay en la Premier league (la liga inglesa de futbol). El libro da un buen repaso a la historia futbolística del Arsenal, lo menos importante, salvo que seas un seguidor de este equipo y que leas esta crónica lo que dudo muchísimo; también al futbol británico, también y relacionado con esto a parte de la sociedad inglesa en estos años (finales 60 hasta principios 90) y a la vida personal del propio escritor, a lo largo de estos años. Hornby se muestra como un tipo inteligente, perspicaz, sincero y uno no deja de extrañarse como alguien así puede condicionar toda su vida, es lo que nos cuenta él,  a esa forma pasiva de entretenimiento (en mi opinión) que es ser seguidor acérrimo de un club de futbol.



        Pero es exactamente de eso de lo que va Fiebre en las gradas. De como un niño normal y corriente se enamora de “unos colores” y no lo puede dejar en toda su vida. No importa el estar apretado, el ser atracado, el ver peleas ignominiosas, viajar entre semana y como el dice, no disfrutar la mayoría de las veces.



      Un libro muy interesante, especialmente si te interesa el deporte y sus connotaciones sociales e imprescindible para los más futboleros.

El mundo hasta ayer. Jared Diamond



       Siempre resulta agradable encontrarse de nuevo con alguna obra del antropólogo-ornitólogo- ensayista y divulgador norteamericano. A sus 75 tacos lo que nos cuenta aquí y a diferencia de anteriores entregas, tiene un punto más reflexivo. Será la edad pero en vez de contarnos cosas nuevas o tesis elaboradas se dedica más a pensar, reflexionar insisto de nuevo con la palabra, sobre lo que podemos aprender de las sociedades tradicionales, estas que todavía perduran escondidas más o menos de incognito en remotas zonas lo suficientemente alejadas de lo que conocemos, curioso nombre, como Civilización.

      Así el autor va desgranando diversos asuntos, como la guerra, la religión, las enfermedades, el trato a los niños, el trato a los ancianos, etc. Y sobre ellos pues siempre habrá alguna cosilla que podamos aplicar a nuestras sociedades “civilizadas”. También otras mejor no, nos dice. Y así, vamos pasando páginas, reflexionando y aprendiendo y pasándolo bien. Mola el libro.

La busqueda del absoluto. Balzac



     El principio de todo, la piedra filosofal, la alquimia, lo absoluto. La búsqueda de todo esto puede llevar a una persona normal, o mejor dicho, una persona muy bien establecida y de fácil vida a la perdición. Volverse tarumba, loco, majareta. Un yonki del laboratorio que parece por momento un yonki de la heroína.

    Esto es más o menos lo que leemos en La búsqueda de lo absoluto, novela publicada en 1834 y que forma parte de ese proyecto conocido como la Comedia humana, un proyecto gigantesco pero a la medida de alguien tan prolífico como este hombre.

     La novela nos retrata las desventuras de la familia Claes, una noble estirpe franco-flamenca que verá cómo se va desmejorando a la par que lo hace su hombre de la casa.

Fin