versión Occidental, se esfumó como un azucarillo. Gigante con los pies de barro, gigante agotado, gigante podrido, lo cierto es que en un momento de la historia y después de más de 6 siglos de existencia (siglo arriba, siglo abajo) el otrora poderoso imperio no pudo ya sujetar la acometida de los pueblos del norte. Los barbaros finalmente pasaron el Rhin y esta vez para quedarse.
El autor no nos
trata de explicar las razones que llevaron a tal suceso, y que muchos quieren extrapolar
a la situación actual, si no que se centra en rebatir lo que al parecer es una
tendencia historiográfica actual, condicionada tal vez no solo por ideas
puramente académicas, en la que se relativiza la gravedad de aquellos años
sustituyendo lo que antaño se consideraba una abrupta ruptura con un mundo
anterior en una progresiva adaptación en lo que se refiere a los nuevos
gobernantes (los pueblos germánicos invasores). El autor se vale de la Arqueología
para contarnos que al menos desde este punto el retroceso fue grande y que el
hundimiento de la cultura romana fue realmente muy importante. Disminución de
la población, hundimiento del comercio e incluso un menor tamaño del ganado son
algunas de las razones que nos da el autor para seguir manteniendo la ya teoría
clásica del hundimiento del Imperio Romano.
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